Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas de diciembre, 2007

El día que la abuelita Juana se fue

No clareaba aún. Se recostó hacia un lado de la cama, convaleciente de sus varias dolencias. Se había quedado dormida muy tarde y así se quedó. En realidad la abuelita Juana, había empezado a irse mucho tiempo atrás, tratando con astucia de hacer que todo aquello material asociado a lo que había significado, vaya desapareciendo, con la intención de que los que la habíamos amado siempre, tengamos la menor oportunidad de nostalgias de ella. Su estrategia fue partir de a poquitos, para evitarnos el vértigo de su ausencia plena y repentina, utilizando a la vejez como la excusa perfecta. Primero habían sido su escopeta al hombro y sus plantas de café. Luego desaparecieron el ventilador para el arroz, el pilón y sus productivas chacras. Después fueron ignorados las plantas de coco, los árboles de Tutuma y sus pates derivados. A sus gallinas, patos y chanchos los fue diezmando de a poquitos, y -lo que parecía imposible- dejó en desuso su fogón y con éste, se extinguieron el café negro de a