Hace un tiempo escribí esta crónica. Luego de repetir el circuito en enero de 2007, pienso que es válida a pesar de los años transcurridos. ¿Cuando empezó la colonización? No se. Lo único cierto es que están ya allí, en pequeñas casitas desparramadas a través de cuatro manzanas en una de las nuevas áreas urbanas de Puerto. Hace muchos años cuando la ciudad apenas llegaba hasta Santa Cruz (había viviendas dispersas, claro pero no eran parte de la unidad) ellas ofrecían sus caricias en tres barracas distintas, ocultas por la maleza en el camino a la Joya colindantes con la Av. Madre de Dios. En esos tiempos había una mujer legendaria cuyo nombre nunca supe pero que nuestro pueblo conocía como la Tía Mocha. Decir su sobrenombre era como invocar al diablo, y lo decíamos, culposa y silenciosamente muy lejos de los oídos adultos. Ella era quien organizaba y dirigía, (en nuestro imaginario por que, en lo que a mi respecta, no había certeza de ello) todo el comercio de las chicas de la “vida a...
Anécdotas, historias y reflexiones en torno a aquello con algún efecto emocional o intelectual personal y que puede ser de interés o utilidad para todos.