Ese día llegué más temprano de lo necesario a la escuela, las clases empezaban a las diez. Se llamaba Maxwell School en Syracuse, Nueva York. Antes de ingresar a las aulas, habían unas salas inmensas con sillones y comfortables como el lobby de hoteles cinco estrellas. Para lo bueno y para lo malo dos televisores inmensos estaban siempre encendidos en CNN. Normalmente no muchos levantaban la mirada por las noticias, pero ese día, 11 de septiembre a las 8:50 de la mañana del verano boreal, casi una multitud estaba agolpada, absorta frente a ellos, algunos lloraban. Me detuve con la multitud y levanté la mirada hacia uno de los televisores. Una de las torres gemelas ardía inconteniblemente luego de que el primer avión se estrellara contra ella. Minutos después, se estrellaría el segundo avión en la torre sur y todo lo demás es historia conocida. Sin embargo, pocos conocen las sensaciones que invadieron los pasillos y aulas de las escuelas y las calles de pequeñas ciudades como Syracuse, ...
Anécdotas, historias y reflexiones en torno a aquello con algún efecto emocional o intelectual personal y que puede ser de interés o utilidad para todos.